Estrategias para disminuir la violencia

«La paz se aprende» es el título de un libro, amén de un modo de vida y una frase que cambió mi concepto de la violencia. La ira es una emoción, pero la violencia es una actitud. Es voluntaria. Podemos elegirlo o decantarnos por la paz.

No he encontrado ninguna fórmula perfecta, pero sí algunos hábitos que facilitan la gestión pacífica de esas emociones despertadas cuando nuestras necesidades no se satisfacen (mal llamadas «emociones negativas»), aplicados a las relaciones interpersonales:

  • Responsabilízate de esas emociones: Sí, son tuyas. Nacen de interpretar los hechos a través de tu esquema vital y tus valores. Asumir que son tuyas impedirá que cargues con la culpa a otras personas.
  • Quiérete incluso en estados socialmente mal vistos: A muches nos gustaría lucir una permanente sonrisa, imposible en el mundo real, imperfecto y carente de filtros de Instagram. Pero recuerda que también molas en tu enfado, tu miedo, tu frustración y tu tristeza. No te castigues por sentir lo que sientes.
  • Reflexiona sobre la necesidad subyacente a dicha emoción, y concéntrala en una petición concreta que ayude a satisfacer dicha necesidad, ya sea por ti misme o mediante otras personas. La comunicación no violenta sirve muchísimo en estos casos.
  • No te responsabilices de lo que no te corresponde: Incluso esforzándote al máximo, habrá quien no se contente. Si alguien te malinterpreta, no es cosa tuya. Deja de martirizarte por las opiniones ajenas, pues cada cual piensa lo que quiere, sobre les demás.
  • Haz ejercicio y no escatimes el descanso: Reducir el nivel de estrés facilita mucho mantener el control sobre nuestras reacciones.

¿Y tú? ¿Tienes tus propias estrategias?

Un comentario sobre “Estrategias para disminuir la violencia

  1. Estos dos últimos años se ha celebrado en Madrid un foro mundial sobre educación para la convivencia y la paz. El año pasado tuve la suerte de ir y hacían mucho hincapié en que la violencia (y la paz) se aprenden. Tendría enormes beneficios que los conflictos diarios (en las relaciones personales y también en las comunidades, entre países, etc.) se transformaran más con métodos pacíficos y menos violencia.
    ¡Buen artículo!

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